sábado, 15 de noviembre de 2008

La mediocridad blanca



Érase una vez un club de fútbol al que todos llamaban Real Madrid. Sólo con pronunciar su nombre a muchos se les llenaba la boca de orgullo y en el pecho poco a poco se grababa su escudo.
Qué tiempos aquellos! Actualmente se echa de menos el saber estar de un señor llamado Florentino, que se divorció del Madrid sin avisar dejando a sus galácticos huérfanos de padre.
Pero este club es una novia apetecible y no tardó en llegar un hombre que la desposase de nuevo. Ramón Calderón. Con dinero, sin clase y... bueno no seamos crueles.
El caso es que en lo deportivo dos ligas le dan la confianza de algunos aficionados, pero su forma de tratar a los entrenadores y de filtrar noticias cuando le interesa, le quitan credibilidad. Su escudero Pedja Mijatovic no se queda atrás. Un hombre cuya única aspiración es gastarse el sueldo en botes de gomina y trajes caros para lucirlos por donde le dejan, no puede ser bueno.
En fin donde antes teniamos un club de renombre que asustaba en Europa, ahora tenemos un nido de "creídos" que no buscan la gloria de un equipo, sino la suya propia.
De Schuster decir que, aunque nunca ha sido santo de mi devoción, aguante y les saque los ojos a ese par. Y que tener a Raúl en el vestuario nos puede pasar a todos.
El Valladolid hoy, es pan comido.